Creo en ti
tec. mixta
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Mónica Löwenberg
registro
Esta
es la historia de "CREO EN
TI" lo único que tienes
que hacer es dejar volar tu imaginación y leer esto que te cuento, ¿de acuerdo?
Este niño se llama Pepito; casi como el de los chistes porque no existe, bueno;
en un mundo real como el tuyo o como el mío, este pequeñín de escasos 4 añitos
vive, se divierte y aprende en una colonia perdida de nuestro país, él a
diferencia de otros niños de su edad, no asiste a la escuela a aprender cosas
nuevas, ni tampoco juega con otros pequeños del salón, ni le enseñan canciones
de CriCri, ni recibe un aplauso por su lindo dibujo o su letra A mal hecha,
tampoco le dan su desayuno del DIF ni recibe asistencia del médico cuando le
duele su oído de tanta humedad por las lluvias de estas épocas de Septiembre.
Su
casa es de lámina y lejos de tener piso de cemento solo mamá todas las noches pisotea
la tierra para que se aplane bien y en su pequeño petate Pepito pueda dormir
mejor. Él no tiene hermanitos porque
papá tuvo que partir al otro lado a trabajar el campo para poder medio mandar
algo y mamá de escasos 17 años sin estudio alguno trabaja en las afueras de la
colonia, vendiendo cajitas de cerillos y el pequeñín pasa el día afuera jugando
y aprendiendo a lo mejor cosas que no son buenas. Sus juguetes favoritos son una llanta de
bicicleta gastada y rota que el vecino le dio para jugar y unas latas de
sardinas que con un palito las hace sonar.
Pepito no sabe que es la tristeza; él se ríe y es feliz en su mundo y cuando
mamá vuelve a casa para darle café negro y un pedazo de tortilla, él se siente
dueño del mundo. Así es la historia de
este pequeño como muchos en nuestro México.
Creo
en ti; porque somos hermanos, porque somos mexicanos, porque todos merecemos la
oportunidad, porque no se te olvide el olvido que tengo, porque creo en ti
México, porque mi bandera es todo lo que tengo, ¿para dónde voy? ¿Qué será de mí?
¡No quiero ser gris! quiero tener mucho ¡color! ¡Mucha vida! Ir a la escuela tener un futuro y ser un buen ciudadano cuando sea grande.
Hagamos la diferencia tu sabes cómo.
Por
Mónica Löwenberg
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